Conflicto Israel-Irán: “Un interés en desactivar la situación”, ¿por qué Putin se ofrece a mediar?

Históricamente, Rusia ha mantenido buenas relaciones con Israel, que cuenta con una gran comunidad rusoparlante. Sin embargo, la invasión rusa de Ucrania y la guerra israelí en Gaza, criticadas por Moscú, han tensado sus vínculos.
Las autoridades rusas condenaron rápidamente los ataques israelíes contra Irán el viernes, y el presidente ruso se ofreció entonces a actuar como intermediario. Sin embargo, el Kremlin declaró el martes que había observado la reticencia de Israel a aceptar una mediación externa.
Para Nicole Grajewski, del centro de estudios Carnegie, Moscú tiene interés en calmar la situación. «Rusia no quiere un cambio de régimen en Irán, especialmente si resulta en un gobierno prooccidental que debilitaría al socio regional más importante de Moscú desde la guerra en Ucrania», afirma la investigadora.
Desde su ataque a Ucrania en 2022, Rusia, marginada en Occidente, se ha acercado significativamente a Teherán. Kiev y sus aliados acusan a Irán de suministrar drones y misiles de corto alcance al Kremlin para su ofensiva. Estas acusaciones son rechazadas por las autoridades iraníes.
Bajo las sanciones occidentales, los dos países firmaron en enero un tratado de asociación estratégica integral, destinado a fortalecer sus vínculos, incluida la "cooperación militar", que no es, sin embargo, un pacto de defensa mutua como el que vincula a Moscú con Corea del Norte.
"No es un mediador objetivo"A nivel regional en particular, Rusia tiene "todo el interés" en proponer esta mediación, añade Tatiana Kastouéva-Jean, del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (Ifri). "El cambio de régimen en Siria también le ha costado puntos", afirma esta investigadora, ya que el Kremlin apoyó, al igual que Irán, al expresidente sirio Bashar al-Assad, derrocado en diciembre.
En el pasado, Rusia ya había "salido del aislamiento internacional" causado por su anexión de la península ucraniana de Crimea en 2014, "haciéndose indispensable en la región", recuerda Kastouéva-Jean. El Kremlin intervino militarmente en Siria en 2015, salvando el poder de Bashar al-Asad en medio de una guerra civil. Ese mismo año, apoyó el acuerdo nuclear con Irán, que Washington denunció en 2018.
Pero esta alianza con Teherán también podría eliminarlo como intermediario en el conflicto. Para el analista ruso Konstantin Kalachev, dicha mediación «no inspiraría confianza ni en Europa ni en Israel», ya que Moscú es percibido como un aliado de Irán.
Esta propuesta fue recibida con frialdad por la Unión Europea: «Rusia no puede ser un mediador objetivo», declaró el lunes Anouar El Anouni, portavoz de la Comisión Europea. «Al Kremlin que quiere la paz en Oriente Medio: empiece por Ucrania», se burló el martes el jefe de la diplomacia francesa, Jean-Noël Barrot.
Al otro lado del Atlántico, Donald Trump, quien ha iniciado un espectacular acercamiento con Vladimir Putin desde su regreso a la Casa Blanca en enero, se ha declarado, por el contrario, "abierto" a esta sugerencia. "Rusia busca 'seducir' a Trump en temas que van más allá de Ucrania", cree Tatiana Kastouéva-Jean.
El presidente norteamericano, que había prometido resolver la guerra en Ucrania en "24 horas", parece haber dado un paso atrás en el conflicto en las últimas semanas, en un momento en que las negociaciones entre Kiev y Moscú han llegado a un punto muerto.
A principios de junio, el jefe de Estado ruso ya comunicó a su homólogo estadounidense su deseo de "contribuir a la resolución" de la disputa entre Washington y Teherán sobre el programa nuclear iraní. Este asunto está en el centro de la confrontación actual, ya que el objetivo declarado de los ataques de Israel, aliado de Estados Unidos, es impedir que Irán adquiera una bomba atómica, una ambición que Teherán niega.
"Al posicionarse como un intermediario indispensable", Moscú podría, en caso necesario, utilizar este estatus "para exigir una flexibilización de las sanciones, el reconocimiento diplomático de sus reivindicaciones territoriales o incluso lograr la aceptación de su comportamiento en Ucrania", analiza Nicole Grajewski.
Si Moscú asume el papel de mediador, "legitimaría a Rusia como una gran potencia indispensable en un momento en que está librando la mayor guerra de agresión en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial", lamenta Anna Borshchevskaya, del centro de estudios Washington Institute.
SudOuest